martes, 8 de enero de 2013

Mentiras no tan piadosas

El libro "Riesgos y promesas de las nuevas tecnologías de la información" (2001) que aparecía en la anterior entrada de mi blog, escrito por el profesor de Política Educacional de la Universidad de Illinois,  Nicholas C. Burbules, y por Thomas A. Callister, jefe del departamento de educación del Whitman College en Washington inspira un provocador artículo escrito por Alejandro Piscitelli.

El artículo se titula "Tecnologías educativas. Una letanía sin ton ni son". Da cuenta de algunos inconvenientes del uso de las nuevas tecnologías en el aula que hemos ido detectando a lo largo de las entradas de este blog.
En este caso nos ocuparemos de la credibilidad de la información.

"El 99% de lo que circula hoy en el mundo como información son datos cocinados, fabricados o alterados a fin de adaptarlos a conclusiones preexistentes.

Esto sucede en la prensa diaria (comparar titulares es una aburrida pero necesaria confirmación de la cocina de la información urbi et orbe), pero también en la citadela científica que oscila entre inventar (o falsear resultados) para conseguir fondos, en formular hipótesis que cuando sean constatadas agradarán a financistas y fundamentalmente en una avidez muy fuerte de los investigadores[4] para evitar -y esto vale tanto para el neoliberalismo como para lo que queda de la izquierda exótica- confundir las conclusiones de las que parten con las preguntas que deberían ser capaces de desestimarlas -y no a la inversa como sucede casi siempre. 


No nos vengan a correr con que profesamos un relativismo a la Feyerabend. No decimos que toda información es falsa o inútil, insistimos, eso si, que nunca es un dato o un dato respecto de los hechos mas obvios[5]."

Incluso cuando rebuscamos entre las publicaciones científicas podemos encontrar datos falseados que si bien es verdad que dotarán de mayor crédito a nuestras opiniones no son otra cosa que información puesta al servicio de intereses particulares. 

Recuerdo que cuando estudiábamos Econometría en la Universidad, (La econometría consiste en generar modelos económicos a través de la estadística), nuestro profesor nos recordaba que podíamos demostrar en la práctica lo que quisiéramos. Añadiendo variables o alterando el nivel de significación se pueden obtener modelos que demuestren las hipótesis que hemos elaborado. 


Para cualquier pensamiento existe alguna viñeta de Forges. También es útil la frase del escritor Mark Twain:
"Existen tres clases de mentiras: la mentira, la maldita mentira y las estadísticas"

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